¿Dieta equilibrada o dieta saludable?

El concepto de Dieta hace referencia al  "Conjunto de sustancias que regularmente se ingieren como alimento". Es decir, que todos seguimos una dieta, diferente en cada caso particular, pero dieta al fín.

Si seguimos una dieta equilibrada podremos obtener los nutrientes que nuestro cuerpo necesita no sólo para funcionar correctamente sino también para proteger nuestro organismo de posibles enfermedades.

Cada uno de nosotros lleva un estilo de vida diferente, con lo cual tenemos diferentes niveles de  gasto energético, metabolismo y requerimientos; por eso una dieta equilibrada no debe ser la misma para todos. Por ejemplo, un atleta no tiene la misma dieta que una persona que realiza ejercicio físico 7 horas semanales. Cada uno de nosotros debe seguir un modelo de alimentación que se adecúe a nuestras características y objetivos. 

Debemos estar muy atentos, porque no siempre una dieta equilibrada significa que sea saludable. Generalmente elaboramos nuestra dieta en base a los porcentajes o proporciones recomendadas de grasas, calorías, proteínas y carbohidratos. Sin embargo, puede que esas cantidades no cumplan con las necesidades nutricionales de nuestro organismo en particular. Por ejemplo, aunque una persona sedentaria consuma el porcentaje recomendado de calorías y nutrientes no tendrá una dieta saludable, pero sí equilibrada. O en el caso que incluyamos todos los nutrientes pero a partir de alimentos procesados o altos en grasa y azúcar, estaremos cumpliendo con una dieta equilibrada pero para nada saludable. 

En cambio, si elaboramos nuestras pautas de alimentación en base a alimentos muy nutritivos como verduras, frutas y carnes magras, obtendremos una dieta muy saludable, aunque los porcentajes de macronutrientes no representen una dieta equilibrada.

Consejos para llevar una dieta equilibrada y saludable:

Para seguir una alimentación que sea saludable y a la vez equilibrada podemos tener en cuenta estos consejos:

Tomar un buen desayuno: los especialistas recomiendan dedicarle tiempo e importancia a la primera comida del día. Debe componerse de cereales, panes, lácteos y frutas. Esto aportará energía suficiente para afrontar nuestra rutina. 

Mantenerse hidratados: generalmente se recomienda beber dos litros de agua diario. 

Reducir el consumo de sal: deberíamos consumir menos de cinco gramos de sal al día. Por eso, a la hora de cocinar podemos reemplazarla por diferentes especias o hierbas aromáticas. 

Consumir con moderación la comida chatarra y todos aquellos alimentos que sean procesados o  precocinados, ya que por lo general poseen altos niveles de grasas,  sal, azúcares y numerosos aditivos.

Por lo tanto, lo ideal sería implementar en nuestra vida diaria una dieta equilibrada y que además sea saludable. Como mencionamos anteriormente, la dieta deberá adaptarse a nuestras necesidades de energía, por eso a la hora de elaborar un régimen es indispensable recurrir a un especialista en nutrición que nos brinde ayuda y asesoramiento.

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